Introducción

En los años 80 del siglo pasado los procesos de grabado tradicionales sufrieron un importante cambio. Los grabadores tomaron conciencia de que los materiales usados en los talleres y escuelas de Arte eran nocivos para la salud y el medio ambiente. Las investigaciones se enfocaron en varias direcciones: sustitución de mordientes ácidos por mordientes salinos libres de emanaciones tóxicas y grabar con electricidad; barnices elaborados con metanos por barnices acrílicos y con base de aceite; pulverizaciones de resina y asfalto para las aguatintas por pulverizaciones de acrílicos y mordidas abiertas de metal desnudo, los disolventes de hidrocarburos para la limpieza de las tintas y planchas fueron sustituidos por agentes de limpieza vegetal y aceites de semillas.

Se recuperaron antiguos procesos y se incorporaron nuevos procedimientos con modernos materiales, como los fotopolímeros para la práctica del intaglio, los procesos digitales, rayo láser, etc. Prácticamente todas estas técnicas han tenido gran aceptación entre aquellos grabadores más preocupados por su salud y sensibles con el medio ambiente, también entre los más atrevidos, curiosos y con ganas de experimentar.

Afortunadamente estos procesos alternativos han ido extendiéndose poco a poco dentro del mundo de las artes gráficas modernas. En esta página web hay una amplia información sobre muchos de estos procesos alternativos.

Entre todas estas técnicas renovadoras está el grabado electrolítico, descubierto en el siglo XIX por Thomas Spencer y prácticamente olvidado, no sabemos por qué, se incorpora a la gráfica moderna más segura o de bajo riesgo, gracias a las investigaciones y publicaciones en los años 80 y 90 del siglo XX, de Nik Semenoff, Cedric Green, Marion y Omri Behr, y al taller de Öle Larsen, donde tuve la oportunidad de iniciarme en esta técnica. Estos grabadores han probado y demostrado la utilidad y seguridad de los procesos electrolíticos.

Esta técnica nos ofrece una amplia gama de nuevas posibilidades gráficas e innovadoras. Sin embargo, durante estos años el grabado electrolítico no ha tenido la expansión y aceptación que el resto de los procesos, tal vez por un infundado miedo a la electricidad y la aparente “parafernalia cara” necesaria para instalar una unidad de grabado electrolítico. A pesar de ello pienso que el grabado electrolítico está aquí para quedarse en el siglo XXI. (Espero contribuir a ello con estas instrucciones.)


02 Cubeta-3D

                              Cubeta electrolitica dibujada en 3D                                                   Electrodos, cátodo de rejilla y plancha para grabar


SIGUIENTE - Principios de la Electrólisis y del Grabado Electrolítico

© Alfonso Crujera 2014                                                                                                                                                    Síguenos en facebook