Ventajas e Inconvenientes del Grabado Electrolítico

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Ventajas del Grabado Electrolítico

La alternativa a los ácidos que nos ofrece el grabado electrolítico es tan interesante que tal vez conviene recordarlas de nuevo.

• La mordida electrolítica produce una delicada e impecable talla, gracias a que una característica del efecto electrolítico es la mordida perpendicular a la superficie de la plancha. La mordida no socava el metal por debajo de la capa del barniz protector y no rompe los bordes de estos bloqueadores, resultando así las líneas muy limpias y brillantes. Las líneas tramadas no tienden a ensuciarse y originar calvas por efecto de la fusión gradual de las mismas. La estructura del metal, en el fondo de las tallas, genera una superficie rugosa que retiene muy bien la tinta en las líneas más anchas.

• Las disoluciones electrolíticas y los mordientes salinos no desprenden gases ni humos tóxicos cuando permanecen en las cubetas mientras no se está grabando.

• El proceso de grabado electrolítico con electricidad no genera gases tóxicos.

• La mordida electrolítica no produce burbujas de gases que detendrían la grabación; por tanto no hay que estar pendiente de retirar estas burbujas como ocurre con los ácidos. Mientras grabamos podemos estar trabajando en otras planchas.

• La mordida electrolítica no genera residuos metálicos que se acumulen en las tallas impidiendo la grabación.

• Las disoluciones electrolíticas no se agotan con las sucesivas mordidas, por lo que es más fácil calcular los tiempos de mordida. Tampoco hay que estar continuamente reponiendo el mordiente, con su consiguiente ahorro, en contraste con el grabado con ácido, en el que una vez la disolución ácida ha sido usada, se desconoce su fuerza, que se hace más débil con cada uso, hasta llegar a agotarse. La electrólisis elimina este problema completamente: todavía sigo usando las mismas disoluciones electrolíticas con las que empecé a trabajar en el año 2001.

• La profundidad de las líneas grabadas -con las mismas condiciones de concentración del electrólito y la misma distancia entre los electrodos, en un tiempo y un voltaje dado- tendrán las mismas características.

• En las superficies de metal sin proteger con bloqueadores, el grabado electrolítico produce una estructura porosa y uniforme que retiene la tinta, lo que he llamado micropunto. Es parecido al aguatinta tradicional, pero no se utilizan las pulverizaciones y su fundido posterior de polvos de resina de colofonia o asfalto, ambos procesos considerados bastante tóxicos.

• El taller de grabado puede ahorrarse la costosa inversión en una campana extractora de humos para proteger a los grabadores de las nocivas emanaciones de gases generados en el grabado tradicional con ácidos.

• En contraste con lo que ocurre con un baño ácido, que hay que sacar inmediatamente las planchas para detener la grabación, en el baño electrolítico la grabación se detiene cuando cortamos la corriente desde la fuente de alimentación. Las planchas pueden permanecer sumergidas por periodos cortos de tiempo con la unidad electrolítica desconectada, ya que la corrosión en las tallas no continuará. Durante periodos más largos, el electrólito puede penetrar entre la tira de contacto y la plancha, causando la caída de la misma al fondo de la cubeta, o levantar el bloqueador.

• Por último hay que considerar también que es un sistema de grabado bastante barato, una vez que se ha adquirido la unidad electrolítica. Dos son las razones.

• Primero, debido a la estabilidad de los mordientes -que no pierden su capacidad corrosiva nunca-, por lo que el gasto en sulfatos se reduce únicamente a cuando preparamos por primera vez el electrólito para llenar las cubetas. Si después de su uso cerramos las cubetas o guardamos en garrafas los electrólitos, éstos se conservarán durante mucho tiempo. Sólo será necesario reponer el que se pierda a causa de trasvases o evaporaciones.

• Segundo, porque está demostrado que el consumo eléctrico de una unidad de grabado electrolítico está muy por debajo de una lámpara de 6 W. También es evidente que el consumo es mucho menor que el de la campana extractora de humos necesaria en cualquier taller en el que se graba con ácidos. Y, por supuesto, consumen más la chofereta para calentar las planchas y secar las tintas, o los secadores de aire caliente provistos de resistencias de elevado consumo.



Algunos Inconvenientes del Grabado Electrolítico

La alternativa a los ácidos que hemos buscado con el grabado electrolítico nos ha ofrecido una serie de ventajas expuestas en apartado anterior. Pero como todo no pueden ser ventajas, quiero enumerar aquí una serie de inconvenientes que también presenta este proceso y manera de grabar.

• La necesidad de protegerse con guantes de goma y mascarilla antipolvo para no inhalar el sulfato antes de disolverlo, y evitar así que una vez diluido entre en contacto con la piel y los ojos.

• La tendencia a morder más intensamente las líneas aisladas que las que están más cercanas entre sí, o formando una trama. También muerde más en las zonas externas de las planchas que en el centro (efecto de borde). Además, la acción electrolítica actúa con más insistencia en los bordes de las líneas anchas y en los bordes de los bloqueadores de las superficies amplias de mordida abierta. Esto último es más notable, sobre todo, en mordidas prolongadas. No obstante, grabar utilizando un cátodo de rejilla en la unidad electrolítica, en general equilibra bastante estos inconvenientes.

• Tal vez usar electricidad para grabar represente un inconveniente para algunos grabadores, porque no quieran utilizar esta energía que les puede parecer peligrosa, pero teniendo en cuenta que el voltaje y el amperaje utilizados son muy bajos, no hay riesgos de descargas eléctricas si, accidentalmente, tocamos al mismo tiempo los electrodos. Sea como sea, hay que evitar cortocircuitos por conexiones defectuosas o por accidente.

• El hecho de que no se utilicen los polvos de resina o asfalto limita la posibilidad de conseguir el tono uniforme y plano de diferentes intensidades proporcionado por el aguatinta tradicional, que controlamos desde hace varios siglos.


Algunos de estos inconvenientes han tratado de subsanarse, pero queda por delante un tiempo apetecible de recorrer. Con la práctica estoy seguro que encontraremos la manera de evitarlos. Hay que darle tiempo al grabado electrolítico, haciendo de la necesidad virtud.


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© Alfonso Crujera 2014                                                                                                                                                    Síguenos en facebook